Estómago e intestino
La alimentación y la digestión de los alimentos son fundamentales para una buena salud porque somos lo que comemos, pero sobre todo, lo que logramos absorber. Una buena salud a largo plazo depende de una sana nutrición y de una adecuada digestión y asimilación; problemas gástricos y procesos digestivos incompletos conducen con el tiempo a diferente desórdenes crónicos (gastritis, reflujo, estreñimiento, meteorismo, episodios de diarrea), y enfermedades graves (alergias alimentarias, enfermedades de depósito de complejos inmunes, hígado sobrecargado con las toxinas, etc.). La función primaria del sistema gastrointestinal es digerir las moléculas complejas haciendo de este modo más biodisponibles los nutrientes procedentes de los alimentos que en su estado nativo no serían utilizables y no podrían ser absorbidas. Los problemas gástricos e intestinales son muy comunes. La inflamación y las lesiones de la mucosa gastroduodenal, responsables de gastritis y úlceras, afectan a un gran número de personas: alrededor del 70% de los adultos, con frecuencia, sufre acidez y el 50% de los mayores de 45 sufren de gastritis crónica; por otra parte, el 10% de la población, especialmente entre los 30 y los 50 años, padece los signos clínicos de una Úlcera péptica, simple o múltiple. La disbiosis intestinal (desequilibrio de la flora intestinal) es, por otro lado, el origen de los más variados problemas de salud, como la cándida, el desequilibrio del sistema inmunológico que puede conducir a enfermarse con frecuencia, a diversos trastornos intestinales, como intolerancia alimenticia, etc. La mucosa gastrointestinal tiene una superficie aproximada de 300 metros cuadrados. Y se compone de una barrera celular: el epitelio y de una barrera molecular: la capa mucosa. Toda su superficie está colonizada por microorganismos; se pueden identificar más de 400 especies diferentes que viven en la micro flora intestinal.
Estos microorganismos son principalmente saprófitos y la mayoría de ellos tienen funciones importantes para la salud del individuo mediante la creación de una especie de barrera de defensa contra microorganismos patógenos; otros, en cambio, siguen siendo inofensivos cuando están en número contenido, pero capaces de desarrollar una enfermedad si se permite que se multipliquen, un ejemplo típico es la cándida.
Una flora intestinal en buen estado de salud (eubiosis) es un equilibrio difícil de mantener y depende de: factores internos, factores externos, principalmente relacionados con el estilo de vida, pero por encima de todo la alimentación.
Señalamos anteriormente el papel fundamental de los alimentos en la disbiosis intestinal y sus posibles consecuencias (estreñimiento, hinchazón, diarrea episódica); la solución de este problema debería, por lo tanto, pasar por la «limpieza» del intestino de los microorganismos patógenos y la corrección de la dieta que significaría la adopción de la «dieta perfecta». Pero sería inconcebible pensar que se puede lograr con los métodos tradicionales una «limpieza» intestinal adecuada; el uso de laxantes o desinfectantes intestinales y técnicas mucho menos invasivas, como hidrocolonterapia, destruyen la flora bacteriana fisiológica y por lo tanto son contraproducentes.Una dieta ideal incluiría la eliminación de la harina blanca, prefiriendo las harinas integrales de farro, kamut y el de arroz integral; sin azúcar (pasteles, mermeladas, licores, etc.); drástica reducción de la proteína animal (carne y leche); el consumo de al menos 4-6 porciones de verduras y 2-4 porciones de fruta al día; preferiblemente alimentos orgánicos, pero sobre todo, como ya se ha señalado en relación con el papel de las enzimas, la mayoría de la comida debe incluir alimentos crudos. El estilo de vida ahora impuesto por nuestra sociedad hace que la perfecta alimentación parezca una meta verdaderamente inalcanzable, una verdadera utopía…Lo que necesitamos, entonces, es un enfoque diferente, con el objetivo de resolver rápidamente el fenómeno, sin interferir con los mecanismos fisiológicos digestivos, preservando al mismo tiempo la eficiencia y el equilibrio de todo el sistema.
GSE CLEANER-IN es un complemento alimenticio a base de Extracto de semillas de Pomelo, Fibras solubles de Maíz, Maltodextrinas fermentadas y Aloe. Las Fibras solubles de Maíz contribuyen a mantener el equilibrio de la flora bacteriana intestinal. Los componentes del Extracto de semillas de Pomelo contribruye a mantener el equilibrio microbiano del organismo. El Aloe desarrolla una acción emoliente y lenitiva sobre el sistema digestivo y favorece la normal función depurativa del organismo.
GSE SYMBIOTIC es un complemento alimenticio a base de fermentos lácticos, fructo-oligosacáridos, Extracto de semillas de Pomelo, Noni y Uña de gato. Los fermentos lácticos contenidos en el producto resultan beneficiosos para el equilibrio de la flora bacteriana intestinal. Los componentes del Extracto de semillas de Pomelo contribuyen al equilibrio microbiano del organismo. La Uña de gato y el Noni mantienen las defensas naturales del organismo.